Una victoria amarga, un proceso estancado
Como ya se auguraba, los resultados electorales han producido
una compleja situación de legitimación política, que va más allá de los términos
legales de unas elecciones corrientes: la derrota de los independentistas en el
plebiscito que quisieron hacer de estas elecciones es una realidad teórica (que no en la
práctica, pues sigue sin ser un verdadero referéndum), pero la aritmética
electoral ha permitido que aun así cuenten con una mayoría absoluta
de escaños en el Parlament0. De no ser porque el voto en la provincia de
Barcelona vale mucho menos que el de cualquier otra provincia, esa mayoría
absoluta sería inexistente. Por
tanto, la primera conclusión es ésta: que
la diferencia entre aceptar una derrota y declararse plenamente legitimados
para seguir adelante con una «hoja de ruta» políticamente traumática sea
solamente una ley electoral ventajosa es, cuando menos, insólito; lo que demuestra que la victoria electoral de Junts pel Sí y la CUP es democráticamente muy frágil, y
carece del respaldo popular para conseguir todos los objetivos que se propuso.
Sin embargo, la falta de autocrítica hace temer que aquellos que decían servir
a la sacra democracia puedan acabar tergiversándola interesadamente, pues
alcanzar el poder puede crear en ellos la ilusión de ostentarlo verdaderamente.
El segundo factor importante es el éxito de Ciudadanos, que ha sobrepasado
expectativas con sus 25 diputados, y que pretende ser la punta de lanza de la
oposición constitucionalista. Dato interesante: ni veinticuatro horas tras confirmarse
los resultados, la candidata Inés Arrimadas ha comparecido con el pelo recogido
y un atuendo extrañamente sobrio, alejándose de la imagen de Barbie que la ha estigmatizado toda la
campaña. Nada es casual en el
partido de Rivera, y todo apunta
a que se está forjando la seriedad
institucional de una líder en ciernes, que
aspira a tener esta legislatura un papel
determinante.
Por otro lado, el tercer
factor a tener en cuenta es cómo se ha decantado la balanza en el duelo por el
tercer puesto. A principios de mes, Catalunya Sí que es Pot (la franquicia
podemita) aspiraba a disputarle a Ciudadanos el segundo puesto, con el PP y el
PSC apenas rozando los 14
escaños. Sea o no porque el
bailoteo ochentero de Miquel
Iceta caló, lo cierto es que al
final se impusieron los socialistas, dejando atrás a unos menguados
contrincantes, ambos estancados en los 11 diputados, mientras que ellos se repartían 16. Por
tanto, la estrategia ambigua de Podemos, vertebrada sobre el eje social y al
margen del plebiscito, ha sido una de las grandes derrotadas; y por otro lado,
los federalistas consiguen mantener el pulso en una cámara radicalizada.
Aun cuando sus socios de la extrema
izquierda han reconocido la derrota, la candidatura de Junts pel Sí se resiste a negar tener de su parte
el mandato democrático. Su gran baza es argüir que entre los votantes de Catalunya Sí
que es Pot (favorable al derecho a decidir) hay partidarios de la independencia
que no se pueden contabilizar. Y
puede que estén en lo cierto, pero de igual forma se les podría replicar que entre sus
propios votantes también hay quienes no quieren la independencia, sino
solamente conseguir una mayoría
con fuerza para presionar al
gobierno español para conseguir
un pacto (una tesis muy escuchada
estos días en Barcelona, aunque a priori no parezca tener mucho sentido). Entonces, ¿acaso
pueden ellos demostrar que el 47,8% del electorado
que ha optado por candidaturas soberanistas es íntegramente independentista? Ergo, la cuarta conclusión es que el
plebiscito ha fallado, porque se hace imposible garantizar la veracidad de
los resultados.
Elecciones 27-S en Cataluña: 'Junts pel Sí' gana las
elecciones pero Mas depende de la CUP
La candidatura de Junts pel Sí, que engloba a la CDC de Artur
Mas y la ERC de Oriol Junqueras, ha ganado las elecciones catalanas con 62
escaños pero sin lograr la mayoría absoluta (68), por lo que dependerá de la
CUP, con 10 escaños, para poderinvestir a Artur Mas presidente
de la Generalitat.
Por su
parte, Ciudadanos casi ha triplicado sus escaños y ha pasado de 9 a 25,
mientras el PSC ha aguantado como tercera fuerza pese a bajar de 20 a 16
escaños, seguido de Catalunya Sí que es Pot (ICV y Podemos) con 11, la misma
cifra que el PPC -obtuvo 19 en 2012-.
La CUP,
que será clave, ha pasado de 3 a 10 escaños, mientras que Unió, que por primera
vez se presentaba en solitario, ha quedado fuera del Parlament y su dirigente,
Josep Antoni Duran Lleida, ha puesto su cargo a disposición del partido.
Con una
participación récord en unas autonómicas (77%), los independentistas suman 72
diputados y se conjuran para seguir con el proceso secesionista pese a no haber
logrado el 50% de los votos del conjunto de Cataluña a favor de la secesión,
pues suman el 47,5%.
El independentismo hace piña junto
a Mas tras su imputación
Lejos de abrir grietas, la imputación de Artur Mas por el referéndum del 9N ha unido más al
independentismo. Miembros de Convergencia, ERC y la CUP han apoyado al presidente
de la Generalitat y criticado la politización que, a su juicio, sufre la
Justicia.
Por ejemplo, el portavoz
de ERC, Sergi Sabrià, ha expresado "toda la solidaridad" con Mas y ha
advertido sobre la "politización de la justicia" y de "cómo
entiende la democracia el Gobierno español". Según el portavoz
republicano, la imputación "es otra muestra más de cómo entiende lo que es
una democracia el Gobierno español y también otro ejemplo de la politización de
la cúpula judicial del Estado".
Ha lamentado, en este
sentido, que "la voluntad democrática de Cataluña expresada
democráticamente el pasado domingo en las urnas sea respondida con la
imputación del presidente y de dos consellers, además del personal técnico
relacionado con la consulta del 9N".
Más duro ha sido el
diputado de Esquerra Republicana en el Congreso Joan Tardà, quien achaca la
imputación a la "estupidez" del sistema político español y ha
subrayado que quienes "intentar acojonar a la ciudadanía catalana" no
se van "a salir con la suya" porque, tras las elecciones del domingo,
el proceso independentista "va viento en popa".
"Creen que
intentando acojonar a la ciudadanía catalana se van a salir con la suya y eso
es tratarnos de inmaduros, cuando somos una sociedad tan madura como la
española", ha sentenciado Tardà en declaraciones en el Congreso.
LA CUP
CIERRA FILAS CON MAS
También
la CUP ha cerrado filas con Mas, aunque ha situado el debate sobre su
investidura en un "plano diferente" y ha insistido en que no apoyará
su reelección. La imputación se produce en un momento en el que la CUP y Junts
pel Sí preparan el terreno para
negociar la investidura del futuro president. Antes de conocer la imputación, el
cabeza de lista de la CUP el 27S, Antonio Baños, insistía en que no harán
"descarrilar" el proceso soberanista, aunque tampoco investirán a
Mas.
Sin embargo, la decisión
del TSJC, que ha citado a declarar a Mas el 15 de octubre -en el 75 aniversario
del fusilamiento del expresident Lluís Companys-, puede favorecer el clima de
entendimiento y flexibilizar las posiciones iniciales de la CUP, al ver a Mas
como un president procesado por poner las urnas en contra del criterio del
Tribunal Constitucional.
Tras conocer la
imputación, la CUP ha denunciado: "Estamos ante un nuevo ataque contra las
instituciones del país por parte de un Estado demofóbico". La CUP ha
recordado que lo que hicieron el 9N Mas y las también imputadas Joana Ortega,
exvicepresidenta, e Irene Rigau, consellera de Enseñanza, fue "cumplir con
un mandato popular de celebrar un referéndum".
No obstante, frente a
quienes interpretan que la imputación de Mas aboca a la CUP a apoyar su
investidura, la formación de la izquierda independentista y anticapitalista ha
querido puntualizar desde Twitter: "Algunos confunden la defensa de las
instituciones catalanas ante los ataques del Estado con el debate sobre la
presidencia. Son planos diferentes".
"COBARDÍA
POLÍTICA"
Mientras,
el coordinador general de CDC, Josep Rull, ha acusado al Gobierno central de
utilizar de forma partidista las instituciones del Estado, en especial, la
Fiscalía, y le ha reprochado su "cobardía política" por querer
convertir en un tema penal una cuestión política tras la imputación.
"Pocos
días después de que el pueblo de Cataluña haya expresado su voluntad de
construir un nuevo Estado, la primera reacción que hay es ir a los
tribunales", ha lamentado este martes en rueda de prensa, que ha
considerado que un Estado serio debería convocar un referéndum tras los
resultados de las elecciones del domingo.
"Esa
es la diferencia abismal -respecto a países como Reino Unido y Canadá-:
cobardía política del Gobierno del Estado en tratar como penal un tema político
que está no solo en la agenda de Cataluña, sino que ya está en la agenda
internacional", ha sostenido.
Rull ha
asegurado que la imputación de Mas no afecta solo a una persona, sino que
"se está imputando a los más de dos millones de catalanes que participaron
en la votación del 9N", y ha considerado que la mejor manera de responder
es culminar el proceso soberanista tras el mandato de los ciudadanos.
http://www.huffingtonpost.es/2015/09/30/independentismo-mas_n_8218240.html